viernes, 22 de agosto de 2008

Volver a soñar


Tu y yo, ¿Estaras sola esta noche?, ¿Estaras triste?, ¿Estarás pensando en mi, así como yo pienso en ti?, ¿Puedes escuchar hasta haya donde estas, a mi corazón que desbordando pasion y ternura late aceleradamente?, ¿Puedes sentir que mis ojos la sal empapa, por este sentimiento de tan solo volverte a ver y dirigirnos unas palabras calidas, a mi mente que perdida esta?, ¿Me dices que vuelva, a un lugar donde no he estado?, ¿Me llamaras esta noche?, ¿Me pediras que me quede a seguir conversando y pidiendo que no acabe la noche?, ¿Me diras que me amas, que soy parte importante de tu vida?,¿Qué conmigo puedes navegar el mundo, que puedes mirar las estrellas, ver la luna y al hacerlo estas parecen un caleidoscopio?, ¿No quieres que me vaya por que, a mi lado sientes algo que no cualquier persona te puede hacer sentir?, ¿Que mi espíritu como corcel salvaje recorre tus campos verdes?, ¿Que mas dices?, Cierto, se me olvidaba que esto solo fue un sueño.

Sin lugar a dudas


Sin lugar a dudas, estoy loco, loco de remate, donde sea que volteo a ver, pareciera que te veo, cuando doblo una esquina pareciera te topo, volteo pensando es tu voz, ya no se donde quedo mi cordura, ¿En qué momento fue que perdí, el ultimo rastro de razón?, ¿La primera o la ultima vez que te vi?, por que con solo pensar, en tu rostro, me alegro, una sonrisa en mi cara se dibuja, pero, es solo una ilusión, nada es real, ya no puedo mas, me derrumbo, cual camino al paso del tiempo, solo que se que ahorita, ya no soy yo el que escribe, sino mi propia locura, la locura que me hace pensar en ti, verte y oirte donde no.

viernes, 8 de agosto de 2008

Uno de estoy dias...

Hola¡¡ ¿Cómo estas?, sabes, hoy quiero decirte otra vez, por que me gustas, por que no puedo dejar de mirarte, se que te lo he dicho muchas veces, pero, quiero volvértelo a decir, solo escucha, desde la primera vez que te vi, me cautivaste, me hiciste ver que este mundo tenia sus propios ángeles, tu sonrisa cuando la note, fue como ver, que amanecía otra vez, tu ojos, cada vez que se fijan en mi, es como el sol de la mañana, cálido y tierno, esperando despuntar y por la noche dar paso a los sueños, mis sueños, llenos de esperanzas, que por mas que me gustaría guardarlos y no volver a sacarlos, pero, se revelan y me hacen sentir diferente, como un niño que acaba de descubrir el libro de cuentos, ya lo he pensado, se que parece extraño y exagerado, pero para mi estas palabras no son nada en comparación, con lo que siento, si el corazón hablara, las cosas que el mio de amor te contaría, me lo callo, muchas veces, y pocas como esta, lo dejo salir, así como dejo que, la enervante imagen de tu ser me palpe, como el fuego la hoja seca, desaparecen mis dolores; Cuando veo que te acercas, puedo sentir como mis manos sudan, la emoción me toma sin consideración, todas las veces pareciera fueran como la primera, ya no soy yo, los colores que me rodean se enriquecen, formas parte de mi como no tienes la menor idea, por lo que siento he hecho cosas que no creía algún día hacer, cuando te noto de lejos, digo uno de estos días esto te diré de frente, y sigo mi camino.

Un relato sobre amor (las peinetas)


Este es un cuento que leí en un libro de Jorge Bucay, me gusto bastante, por que me hace comprender mejor un secreto del mundo, "Saber amar al ser correspondido".

Se trata de dos hermosos jóvenes que se pusieron de novios cuando ella tenía trece y él dieciocho. Vivían en
un pueblito de leñadores situado al lado de una montaña. Él era alto, esbelto y musculoso, dado que había aprendido a ser leñador desde la infancia. Ella era rubia, de pelo muy largo, tanto que le llegaba hasta la cintura; tenía los ojos celestes, hermosos y maravillosos.. La historia cuenta que habían noviado con la complicidad de todo el pueblo. Hasta que un día, cuando ella tuvo dieciocho y él veintitrés, el pueblo entero se puso de acuerdo para ayudar a que ambos se casaran. Les regalaron una cabaña, con una parcela de árboles para que él pudiera trabajar como leñador. Después de casarse se fueron a vivir allí para la alegría de todos, de ellos, de su familia y del pueblo, que tanto había ayudado en esa relación.
Y vivieron allí durante todos los días de un invierno, un verano, una primavera y un otoño, disfrutando mucho de estar juntos. Cuando el día del primer aniversario se acercaba, ella sintió que debía hacer algo para demostrarle a él su profundo amor. Pensó hacerle un regalo que significara esto. Un hacha nueva relacionaría todo con el trabajo; un pulóver tejido tampoco la convencía, pues ya le había tejido pulóveres en otras oportunidades; una comida no era suficiente agasajo...
Decidió bajar al pueblo para ver qué podía encontrar allí y empezó a caminar por las calles. Sin embargo, por mucho que caminara no encontraba nada que fuera tan importante y que ella pudiera comprar con las monedas que, semanas antes, había ido guardando de los vueltos de las compras pensando que se acercaba la fecha del aniversario. Al pasar por una joyería, la única del pueblo, vio una hermosa cadena de oro expuesta en la vidriera. Entonces recordó que había un solo objeto material que él adoraba verdaderamente, que él consideraba valioso. Se trataba de un reloj de oro que su abuelo le había regalado antes de morir. Desde chico, él guardaba ese reloj en un estuche de gamuza, que dejaba siempre al lado de su cama. Todas las noches abría la mesita de luz, sacaba del sobre de gamuza aquel reloj, lo lustraba, le daba un poquito de cuerda, se quedaba escuchándolo hasta que la cuerda se terminaba, lo volvía a lustrar, lo acariciaba un rato y lo guardaba nuevamente en el estuche. Ella pensó: "Que maravilloso regalo sería esta cadena de oro para aquel reloj." Entró a preguntar cuánto valía y, ante la respuesta, una angustia la tomó por sorpresa. Era mucho más dinero del que ella había imaginado, mucho más de lo que ella había podido juntar. Hubiera tenido que esperar tres aniversarios más para poder comprárselo. Pero ella no podía esperar tanto.
Salió del pueblo un poco triste, pensando qué hacer para conseguir el dinero necesario para esto. Entonces pensó en trabajar, pero no sabía cómo; y pensó y pensó, hasta que, al pasar por la única peluquería del pueblo, se encontró con un cartel que decía: "Se compra pelo natural". Y como ella tenía ese pelo rubio, que no se había cortado desde que tenía diez años, no tardó en entrar a preguntar. El dinero que le ofrecían alcanzaba para comprar la cadena de oro y todavía sobraba para una caja donde guardar la cadena y el reloj. No dudó. Le dijo a la peluquera:
- Si dentro de tres días regreso para venderle mi pelo, ¿usted me lo compraría?
- Seguro - fue la respuesta.
- Entonces en tres días estaré aquí.
Regresó a la joyería, dejó reservada la cadena y volvió a su casa. No dijo nada. El día del aniversario, ellos dos se abrazaron un poquito más fuerte que de costumbre. Luego, él se fue a
trabajar y ella bajó al pueblo. Se hizo cortar el pelo bien corto y, luego de tomar el dinero, se dirigió a la joyería. Compró allí la cadena de oro y la caja de madera. Cuando llegó a su casa, cocinó y esperó que se hiciera la tarde, momento en que él solía regresar. A diferencia de otras veces, que iluminaba la casa cuando él llegaba, esta vez ella bajó las luces, puso sólo dos velas y se colocó un pañuelo en la cabeza. Porque él también amaba su pelo y ella no quería que él se diera
cuenta de que se lo había cortado. Ya habría tiempo después para explicárselo. Él llegó. Se abrazaron muy fuerte y se dijeron lo mucho que se querían. Entonces, ella sacó de debajo de la
mesa la caja de madera que contenía la cadena de oro p ara el reloj. Y él fue hasta el ropero y extrajo de allí una caja muy grande que le había traído mientras ella no estaba. La caja contenía dos enormes peinetones que él había comprado... vendiendo el reloj de oro del abuelo. Si ustedes creen que el amor es sacrificio, por favor, no se olviden de esta historia. El amor no está en nosotros para sacrificarse por el otro, sino para disfrutar de su existencia.