sábado, 13 de febrero de 2010

Nunca estuve solo


Como cada mes, me encontraba en la terminal de autobuses, lo mismo de siempre, esperar, observar, aprender, perder la mente, encontrarla, muchas cosas, otras mas atractivas que otras, en ese momento, de mi trance me saco un olor, un aroma, desconocido pero familiar al mismo tiempo, extraño, en ese momento solo cerré mis ojos e hice algo que suelo hacer, degustar con mi nariz lo que percibe, sin importar de donde proviene, por lo regular no importa, al abrir mi ojos, me entro curiosidad, gire mi cabeza siguiendo, rastreando quien o que podría ser lo que emanaba tal esencia, a mi izquierda una persona del sexo masculino, metido en un periódico local, con cara rígida, en mi izquierda una mujer, leyendo un libro grueso, al principio solo eso note, de inmediato note que el libro que leía ella, lo había leído hace algún tiempo, no me dí cuenta en el momento en que me quede observando el libro, deduzco que eso incomodo a la mujer, sentí una sensación que me hizo voltear a ver directamente a los ojos de la mujer, ojos nada fuera de lo común, mas sin embargo lo primero que mire fue su boca, aun mas extraño, por reflejo me seguí hasta sus manos, manos que deberían estar en una foto para ser inmortalizadas, regrese a su mirada, sonrío, fue cuando me pregunto, -¿Estas bien?, conteste confuso, -Claro ¿Por qué?, -Me has quedado viendo, además de barrerme con la misma; Apenado encogí los hombros, me disculpe, le pregunte sobre el libro, me dijo que apenas lo había adquirido, desde ese momento, comenzamos a conversar, tenía tiempo que no conocía a alguien tan interesante, la platica fue profundizandose, a tal punto que conversamos sobre temas que regularmente no se tratan en el primer encuentro con otra persona, solo me quedo la emoción se saber que había otros seres humanos, capaces de darse cuenta de lo hermosos y poderosos que podemos llegar a ser, si así lo deseamos, de eso hace algunos meses, hemos tenido encuentros en esa misma terminal, reuniones plenas, donde otro ser humano se toca a otro ser humano, en esta última ocasión, me platico que cuando niña le contaron, que existía un tipo de ser que guardaba de ella, le encanto haberme conocido, sin mas estuvo dispuesta a abrirse a un desconocido, sin temor, con solo el encanto y la capacidad de vivir el momento, sentir, existir, una aventura que mes a mes espera, nutriéndose de todo lo que percibe en ese mes, para cuando, se tope con esa otra persona tenga cosas maravillosas que compartir, le confesé que yo al igual que ella, hago lo mismo, escribiendo me doy cuenta que Nunca estamos solos, a menos que así lo deseemos, solo es cuestión de por un instante dejar que somos los únicos que sufrimos por culpa del mundo.