sábado, 11 de agosto de 2007

Ab ipso ferro (por el mismo hierro)


Bueno, el titulo de esta vez significa "Cosa mala por la que se pasa para conseguir un bien, como el hacha que poda una planta para conseguir buenos frutos", y esto me permito pronunciarlo debido a que hoy, me aconteció un momento de impotencia súbita, que me hizo recordar algo, mejor dicho a alguien, quien creí haber olvidado, una persona que, por desgracia y con sentimiento embarazoso debo admitir sentirme alguna vez.... ¿Enamorado?, ¿Que será el amor?, la verdad desconozco que me ocurrió en ese momento, pero, ¿ Como es que pudo destrozar en un par de minutos 14 años de arduo trabajo?, que me costaron, muchas cosas valiosas que nunca podré recuperar, esa persona que en poco, muy poco tiempo pudo romper la barrera, el iceberg, la coraza, que me permitió sobrevivir a eso, eso que tanto temí, y exactamente eso que era mi Nemesis, eso fue lo que ella me provoco, con solo verla, y peor aun cuando trate su persona, pero lo que recibí a cambio de todo, no fue nada, solo limosnas de lo que yo daba, al final me di cuenta que todo habia ido mal desde el momento, desgraciadamente por esta situación, casi pierdo a los seres a quienes le importaba y por poco a mi mismo, pero todo por algo y para bien, y como lo dice el titulo, logre salir de ese hoyo, donde, yo mismo me había puesto, pues me había salido el tiro por la culata, al creer que podría controlar, lo que no se puede siquiera ver, aprendi de mis errores, esto me ayudo a cambiar, ver que estaba mal y modificarlo, trasendi nuevamente como persona, después al tiempo, de creerlo olvidado, me recordaron, a esa persona, y por eso me dedico esta poesía(La verdad si no te gusta estas jaladas, simplemente puedes darle click en un x en la esquina de la ventana)
La carta que nunca envié...

No sé dónde estás...
y esta carta la escribo,
no por ti, no por lo que eres
Tal vez... por el pasado...
tal vez, por las cálidas y sosegadas horas
que tu locura o capricho
me hayan regalado...
Y si digo locura... no pienso en tu cabeza
frágil, transmutable y voluptuosa,
sólo pienso en los instantes
en que de infernal pasión
parecía tu corazón entregarse,
como deshojando uno a uno,
los pétalos de una rosa.

O tal vez escribo para mí...
escribo para mi corazón,
escribo para mi alma...
o escribo para mis sentimientos
que alguna compensación han de tener
por haberlos feriado a cambio
de vanidad y sufrimiento.

¿Qué quieres que te diga?
¿Que te quise como mujer,
como un fantasma o como mi amante?
Como mujer Dios te premió
con todos los encantos terrenales;
como fantasma, vagas por la vida,
y tu vida vaga como un fantasma...
y como amante medrosa y sin mañana.
¡Qué dolor decirlo,
pero mi alma fue, para ti, demasiado grande!

¿Sabes lo que es el alma?
¿Sabes dónde se aprende a
vibrar, a gozar y a sufrir
con el dolor, la alegría y la esperanza?
¿No lo sabes? Pero ¿acaso crees que existen
pasajes o tratados donde te enseñen
a amar como hasta ahora nunca has amado?
¿Crees que conociendo a Sócrates, Platón o Aristóteles
tu alma se te ensanche y pueda cimbrar
como la mía te lo ha mostrado?
Yo te digo que no.

Cosas como éstas, sólo se aprenden en las entrañas
de la madre que nos concibió
y mi madre me dió una esencia
tan desaforada que para amarte
¡Mucha alma me sobró!

Perdóname por esta carta,
aunque sé que nunca la enviaré.

Primero porque no sé... dónde estás
y segundo, porque después de amarte tanto,
el alma que te escribe no te quiere ofender.

Anónimo

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