lunes, 19 de octubre de 2009
Hasta el final
Cuando alguien donde quiera que sea pida ayuda, y la doy, a eso se le llama servicio, a veces cuando sirvo, me sirve, que empiece por mi es la frase, el amor incondicional es lo que aprendo cuando sirvo, no lo hago por ellos, sino, por mi, el servicio es para mi, pero, en ocasiones se me puede olvidar, es aquí cuando puedo desanimarme, creer que en realidad todo el trabajo es en vano, por que nadie quiere hacer lo mismo que yo, o si quiera, algo, lo que sea, es gracioso leerlo, aquí es donde comienza la ofuscación, cuando me siento desanimado con el servicio, mas que nada en realidad es, la manera en que lo hago, no funciona, pensar en dejar de asistir a mi grupo, eso es el primer síntoma, el siguiente es dejarlo, el espiral de vida ingobernable comienza de esta manera, lo mejor cuando el servicio parece ya no ser tanto para mi, es, hacer mas servicio, hacerlo por que quiero ser mejor persona, hacerlo por querer ser responsable, hacerlo para aprender, practicando el amor incondicional, no puedo pedirle a alguien que tome o se anime para servir, eso solo provocaría mas problemas que ajustes, debo ser yo el ejemplo de que el servicio funciona, desde el primer momento, ejemplo viviente que el mismo programa funciona, solo puedo compartir mi experiencia, lo gratificador y constructivo que significa servir.
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